Desde mi propia experiencia personal, APUESTO Y DEFIENDO LA SANIDAD PUBLICA por encima de cualquier pensamiento político.
El pasado Jueves me operaron en el hospital de nuestra señora de Sonsoles de la capital de Ávila.
Debo reconocer, que antes de la operación, durante todas las pruebas que me realizaron, tanto en Ávila como en Salamanca, para poder llevar a cabo dicha operación, todo el personal, tanto los profesionales médicos como el de enfermería, es digno de destacar, por su gran capacidad profesional y personal, en el trato con pacientes y acompañantes.
También quiero destacar que en personal de quirófano del Hospital de Ávila, es extraordinario la capacidad profesional y personal de todo el personal, para que yo me sintiera en todo momento y a pesar de las circunstancias, lo más relajado y cómodo posible, con su trato personal, muy de agradecer, a pesar de todos los palos que reciben, por parte de muchos dirigentes políticos, que se empeñan en derribar el sistema público de salud.
Después de la operación, fui trasladado, aún dormido a la sala de reanimación, que aun medio dormido, pude observar una vez más la gran capacidad tanto profesional como personal de todos los profesionales que allí trabajaban. Por destacar algo decir que con cualquier movimiento de cualquiera de los enfermos que allí estábamos, acudía el personal, estuvieran donde estuvieran, llamando a cada uno por su nombre, así como el trato personal e individualizado a través de mamparas portátiles, para las curas individuales de cada enfermo, para de alguna manera aislarlo en lo posible de los demás.
Una vez trasladado a la planta octava para la recuperación, más de lo mismo, no tengo palabras para destacar lo a gusto que a pesar de las circunstancias, me he sentido los días que allí he pasado. También quiero destacar que el trato ha sido excelente por parte de todo el personal, tanto facultativo como de enfermería, este último es con quien más contacto he tenido. Es increíble el espíritu de superación y capacidad para atender a todos los enfermos que allí estábamos. Hay que tener mucha capacidad emotiva y personal para aguantar a los enfermos y acompañantes.
Por todo ello quiero lanzar un grito a favor de la SANIDAD PUBLICA y SOBRE TODO POR TODO EL PERSONAL que en ella trabajan, dejando un poco de cada uno en la consecución del estado de bienestar de cada uno de los enfermos y acompañantes que allí llegan.
En mi opinión tanto LA SANIDAD COMO LA EDUCACIÓN PUBLICA, deberían ser intocables por parte de la clase política que no saben nada de lo que allí se hace, y encima se regodean de ajustar los presupuestos, rebajando la justa retribución, de cada uno de los profesionales que allí trabajan.
